jueves, 19 de noviembre de 2015

Caminar por la calle con un niño

COMO CAMINAR POR LA CALLE CON UN NIÑO



Una calle no es un parque: En un parque uno puede brincar y jugar. En la calle eso es peligroso porque hay otras personas que caminan y los pueden empujar sin querer. Y hay también coches, motos, camiones y autobuses que pueden atropellarlos si van jugando en vez de prestarles atención. La calle es para caminar por la acera, no para corretear por ahí.




Cogido de la mano, el niño está más seguro. En cualquier momento y ante cualquier tropiezo, el padre o la madre puede asirlo con fuerza y evitar un susto. Pero no es sólo eso: al darle la mano al niño, podemos incluso involucrarlo en nuestra manera de observar lo que sucede a nuestro alrededor. 
Un suave gesto con la mano para indicarle que hay un hoyo o que debe acercarse porque hay que dejar pasar será en ocasiones más efectivo y elocuente que irle diciendo a cada momento lo que debe hacer.




La previsión de los cruces que encontrará por el camino es otro criterio importante. Más vale, por ejemplo, que cruce la calle una sola vez que tener que bordear cruzando tres veces para llegar al mismo punto. Si a medida que va caminando se va haciendo una idea de por dónde irá a continuación, se ahorrará más de una situación de riesgo.



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